Mientras pasan los sueños. Roberto E. Corvalán Posse. Buenos Aires: Librería Huemul. 1963.
cuando yo ya no esté,
si tú estás todavía,
vístete de azucena, [9]
siembra tardes de brisa,
y a la noche si quieres,
aunque estés muy de prisa,
si hay tristeza de nada,
si en mis libros se agrisa
un azul de nostalgia
de olvidada repisa,
esa noche a mis versos,
cúbrelos con tu risa. [10]
… este mundo roído de
sonrisas
que nunca están porque
nadie las
deja. [17]
SENSACIÓN
A F. B. Miranda Dasso
Qué verde sensación
ir por la calle
sin un cuerpo,
sin pasos
ni apellido;
ser un ente
moviéndose al
acaso
como un algo de
viento
vespertino;
ser un acto en
potencia
con un rostro,
pintado en
horizontes sin
destino, [20]
no tener más que
voz
y ni un contorno
como un mapa
de escuela
envejecido.
Venir de cualquier
parte,
ir para nada,
sin cansancio
y sin rumbo
conocido,
y mirar el apuro
en las vidrieras
jugando un
ajedrez
post-matutino.
No saber si llegando
ya no estamos
y si el diario
nos lee
o hemos leído,
y tener un
cigarrillo entre
las manos [21]
que nos fume
los dedos
distraídos.
Qué verde sensación
ser para todo,
una sangre de siesta
sin un
ruido. [22]
Enloquecido trajín desmesurado
de toda esta ciudad sin
paraíso,
que día a día enferma
lentamente
de seriedad, de humos y de
vicios. [25]
Y en ella quedo, estricto de palabras,
torturado de timbres y
vecinos,
de ruidos, de luces,
transeúntes,
y ni un centavo siquiera de
sol mío. [26]
Tengo un largo cansancio de pirámide,
que me agota y me quiebra en la dulzura;
quisiera desbordar todo contorno
y vivir,
sin mirarme … [27]
Desearía un invisible atuendo [27]
de montaña,
para cubrirme de nadie
en el éxodo sinuoso de lo
desconocido
y correr,
por las entrañas amarillas
del silencio,
hasta que su roce calcinara
mis ideas y
me arrojara, (despedazada
explosión
en el espacio),
a un caracol de no
pensar en nada.
Después, sin más indumentaria
que la del aire,
ocultarme en la orilla etrusca
de un violín,
para ser una nota sin escala
en el diapasón
del vacío. [28]
Ahora, en este instante, aquí, callado,
quisiera terminar con la poesía [34]
Ahora, aquí, callado, me
prolongo. [34]
El sol se despedaza en mil
contornos [37]
… la voz humedecida de una
fuente,
que de tanto seguirse no se
alcanza. [37]
PALABRAS
A Carlos Mastronadi
Palabras. Alrededor mío palabras.
En la calle, palabras…
en la gente, palabras…
en el rico, en el pobre, en el desheredado,
en el príncipe, en el mundo,
palabras…
Aquí y en todas partes
una mole de sonidos,
para tratar de dar a entender
que la humanidad,
los seres,
y las cosas que hablan,
se entienden por ellas.
Y ellas, frías, indiferentes,
se dejan pronunciar,
gozando por anticipado
el desconcierto de saber [39]
que nadie se comprende
por sus voces enemigas.
Palabras… palabras… [40]
CANCIÓN SIMPLE AL SEIS DE ENERO EN LA ERA DEL ÁTOMO [41]
Y esperaré el momento, acaso breve,
en que quede vacío de mi paso,
en el que todo sea un por si acaso,
y un no saber del soplo que me lleve.
Entonces he de ser un algo leve, …
…
más después que me den por ya cumplido,
…
para que nadie crea que he existido. [45]
… el alma color febrero … [63]
[Á: podría haberlo escrito Chano]
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