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Mostrando entradas de septiembre, 2022

1984. George Orwell. Extractos y comentarios al margen.

1984 George Orwell Buenos Aires: Debolsillo. 2016. Traducción: Miguel Temprano García Obra original: 1949 Lo más horrible de los Dos Minutos de Odio no era que la participación fuera obligatoria, sino que era imposible no participar. Al cabo de treinta segundos, se hacía innecesario fingir. [21] [Á: algunas cosas son tan abundantes que hay que estar esquivándolas todo el rato para no hacerlas, y a veces algunos días las personas se cansamos.] El recuerdo de su madre le atormentaba porque había muerto queriéndolo, cuando él era demasiado joven y egoísta para corresponderle … [38] [Á: recordar que a veces se posee exceso de desagradecimiento hacia los padres, debido al prejuicio ciertamente infantil de "me ama porque es mi padre/madre". El hecho de ser padre/madre no implica necesariamente que esa persona nos ame; el amor de padre/madre no vale menos debido a una supuesta inercia biológica o algo así que les obliga a amarnos; me consta la existencia (no escasa) de padres/madres

El placer del texto y lección inaugural. Roland Barthes. Extractos y comentarios al margen.

El placer del texto y lección inaugural Roland Barthes Traducción: Nicolás Rosa y Oscar Terán Siglo xxi editores: Buenos Aires. 2014 Obra original: Le plaisir du texte, 1978 [Á: “lácteo” como sinónimo de “infantil”.] ¿El lugar más erótico de un cuerpo está acaso allí donde la vestimenta se abre? En la perversión (que es el régimen del placer textual) no hay “zonas erógenas” (expresión por otra parte bastante inoportuna); es la intermitencia, como bien lo ha dicho el psicoanálisis, la que es erótica: la de la piel que centellea entre dos piezas (el pantalón y el pulóver), entre dos bordes (la camisa entreabierta, el guante y la manga); es ese centelleo el que seduce, o mejor: la puesta en escena de una aparición-desaparición. [18] Texto de goce: el que pone en estado de pérdida, desacomoda (tal vez incluso hasta una forma de aburrimiento), hace vacilar los fundamentos históricos, culturales, psicológicos del lector, la congruencia de sus gustos, de sus valores y de sus recuerdos, pone e

Caravana, por María Martoccia. Extractos y comentarios al margen

Caravana María Martoccia Buenos Aires: La Bestia Equilátera. 2009 Obra original: 1996 No deja de ser alentador que una de la misiones de las cartas geográficas consista en agrandar el mundo. [18] Allí un químico filmó escenas que sirvieron para decir que había nacido el cine y las ardillas no hibernan porque los niños de una escuela primaria las saturan de dulces. [20] Intereses: música clásica y el comportamiento de los roedores. [26] Porque Keith cuando caminaba iba preguntando cosas. [30] [Á: cuando abraza siempre mueve un poco los dedos.] … para no tener que soportar las frases de alguien que no los miraba. [38,39] Por la ventanilla se veían el color rosado del principio de la noche y los rectángulos de las ventanas iluminadas, pero él sabía que estaban cruzando por una zona llena de arbustos con flores blancas. [45] [Á: pensó varias maneras de comenzar la locura] … un continuo temor a molestar, interrumpir … [61] Charlotte, al contrario de su hermana, llevaba ropa oscura, tenía oj

El Aleph, por Jorge Luis Borges. Extractos y comentarios al margen.

Jorge Luis Borges. El Aleph. 2015 (Original: 1949). Editorial Debolsillo. Buenos Aires. Salomón dijo: No hay ninguna cosa nueva sobre la tierra. Así que Platón tuvo una visión, que todo conocimiento era recuerdo; y Salomón dio su sentencia, toda novedad no es más que olvido. –Francis Bacon: Essays LVIII. [p9] En Roma, conversé con filósofos que sintieron que dilatar la vida de los hombres era dilatar su agonía y multiplicar el número de sus muertes. [p13] … no me ayudaron a sobrevivir o a morir. [p15] Pensé que Argos y yo [p20] participábamos de universos distintos; pensé que nuestras percepciones eran iguales, pero que Argos las combinaba de otra manera y construía con ellas otros objetos; pensé que acaso no había objetos para él, sino un vertiginoso y continuo juego de impresiones brevísimas. Pensé en un mundo sin memoria, sin tiempo; consideré la posibilidad de un lenguaje que ignorara los sustantivos, un lenguaje de verbos impersonales o de indeclinables epítetos. Así fueron murie