A veces dudo de mi inexistencia.
(Profundo ¿eh?)
Por eso escribí esta breve biografía:
En 1996, según me cuentan, y más o menos les creo, aunque sin pruebas, nací.
Después de reducirle drásticamente el sueño a mis padres durante un par de años y llantos, entre 2001 y 2013 estuve cumpliendo mi obligación ciudadana de asistir a instituciones educativas.
En 2014 inicié mis estudios universitarios de Artes Combinadas, porque no quería trabajar (no querer que se mantiene intacto hasta la actualidad). En octubre me compré un ukelele y comencé un desafinado canal de youtube.
En 2015 comencé un curso de japonés; al día de hoy reconozco hábilmente hasta 12 kanjis distintos, y no sé distinguir entre los katakanas shi y tsu. Hice imprimir un libro compilando diferentes escritos de mi autoría pero no te voy a decir cómo se llama porque no quiero que lo leas porque no me gusta ni un poco; vendí unos 4 ejemplares, abandoné por ahí como 50, y me quedan 200 en casa.
En 2017 el libro Fragmentos de un Discurso Amoroso de Roland Barthes me ayudó mucho a autopercibirme como una estructura simple de reacciones psicológicas estandarizadas.
En 2019 perdí un celular ajeno y viajé hasta Monte Quemado para recuperarlo.
En 2020, marzo, quise salir de viaje con Noe y la cuarentena nos dejó en Las Carreras, Tucumán. Recién en diciembre pudimos volver a casa, pero aprendí mucho sobre hierbas silvestres del valle y comencé una huerta por primera vez en mi vida. Tomé café mientras la nevada y la luna llena a la vez.
En 2022 gané un lechón en un sorteo. En los primeros seis meses me engripé (dolor de huesos incluidos) cinco veces.
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