Una vida de Pierre Menard. Michel Lafon. Buenos Aires: Editorial Sudamericana. 2010 (Original: 2008). Traducido por César Aira.
[Á: Primero habría que inventar algo que fuera falso. La historia del hombre que quería decir una mentira y no le salía.]
… advierto que la vida … no es otra [15] cosa, al fin y al cabo, que una serie extraña y a menudo dolorosa de primeras y últimas veces. Esto también renuncio por anticipado a tratar de explicarlo: otros se encargarán, menos emocionados y sin duda más doctos. [16]
[Á: lo saludable-caprichoso de no dar argumentos ni explicaciones. Como Cortázar diciendo con bastante alivio que a él cualquiera le gana una discusión porque no sabe argumentar sus posturas.]
… redes de reescrituras mutuas (no nos atrevemos a decir: plagios) … [17]
… arborescencia … [25]
… notables tranquilos e incoloros … [26]
[Á: Un eufemismo, supongo. Y aparte: Hay gente notable y personas anotables]
Colegial soñador y solitario, fundamentalmente aburrido. [26]
… nadie percibirá una verdad tan discreta en medio de tantas mentiras. [36]
… precipitarse sobre una limonada … [41]
Olvidarse en esos juegos, irrisorios pero inmortales, y finalmente tan alegres. [42]
… el silencio o la elipsis como la más retorcida y la más afectuosa de las burlas. [43]
… las páginas amarillentas de esas novelas … [43] … compradas por diez centavos … o tomadas en préstamo de la biblioteca … pueblan mis jornadas mucho mejor que los humanos… [44]
[Á: con "los humanos" quizá se refiera a ciertos entes de apariencia obstinadamente humana.
Notar el comportamiento ridículo de negar el sustantivo de algo cuando tal algo no se ajusta a nuestros prejuicios de dicho sustantivo: cómo me aburren, ellos no son humanos; como no me gusta, eso no es música; como tiene dulce de batata, eso no es una pastafrola. ]
Su amargura viene de otro lado: del sentimiento de que gasta su tiempo y su energía (¡y su paciencia!) en tareas esencialmente vanas, que sobre todo lo alejan de la escritura. La pasión por la literatura (dolorosa paradoja) está en vías de matar su obra … [62]
… un buen lector es el que acepta ser perturbado en sus hábitos. [64]
[Á: ¿Podríase extenderse a un buen vividor, o viviente? Sin dudas quien no se resiste a la constante fluctuación de estímulos (o a la eternidad de ciertos estímulos persistentes) no la pasa tan mal.]
… los textos más necesarios, los que uno escribe para sí mismo, para sobrevivir, ¿son los mejores o son los primeros que hay que quemar? [69]
… una visita, un viaje, un compromiso, un imprevisto, un dolor de cabeza, un chaparrón, el cambio de estación, su pereza, el olvido… [71]
No llegar a escribir le impide vivir. No vivir (o vivir a pesar de todo) le impide escribir. Escribir (tantas otras cosas urgentes e irrisorias) le impide escribir (lo esencial). Vivir (en la repetición de lo cotidiano) le impide vivir (en el júbilo de lo excepcional). [71]
[Á: Sembraron nelumbos y a cada uno le pusieron un brocal, para que las personas no se distrajeran, para que no cambiaran el hacer de todos los días por la que nada modifica: mirada.
Sembraron nelumbos y a cada uno le pusieron un brocal, para que nadie se cayera en el color y se golpeara tan fuerte el entusiasmo, que después se le ocurriera la peligrosa (fatal) locura de querer vivir distinto.]
… el azar de las frases y de los senderos … [78]
… una complicidad hecha toda de silencios. [87]
… este inolvidable ridículo. [87]
[Á: Título para escrito: El gigante que pretendía entomologizar]
Quítenme mis dos semanas de inspiración, y no les quedará más que el idiota”. [93]
… estaciones equívocas … [p93]
… puede considerar mi obra completa como la suya’. [95]
“Lo más probable es que mis mejores textos estén firmados por otros nombres ―ya sea que yo los haya escrito, o ‘inspirado’. … [97]
… si la razón no admite más que verdades demostradas, la poesía vive de ficciones. [99]
Bajando a la tumba esta mañana, leo las etiquetas científicas sembradas como al azar en el interior de los cuadrados de piedra. Ocultan doblemente las flores: porque atraen la mirada más que ellas, y porque le dan a cada una un nombre complicado. [100]
Amo los jardines donde uno se pierde, donde la vista no alcanza más allá de unos pocos metros, donde nunca sabemos con qué nos vamos a encontrar, donde el paseante no se exhibe sino que se recoge: jardines de pensamientos salvajes. [103]
Si uno se inclina demasiado sobre su muerte, se cae antes, o en todo caso vive menos, me temo. [122]
… su escaso gusto por la polémica, la debilidad que hay en responder victoriosamente a una crítica mediocre … [124]
Me gustaría que me gustaran como a usted, mi joven amigo, esos deportes simples y populares, que reconcilian al individuo con la multitud, a lo humano con lo humano. [126]
… en esta casa que no es suya, y sobre este planeta que tampoco lo es. [128]
Pretenderse hombre de letras, atrapar a vuelapluma los pensamientos ligeros o profundos que pasan a su alcance, someter los textos a las investigaciones más brillantes, cultivar tan apasionadamente las agudezas y las amistades poéticas o filosóficas, y resultar a tal punto inútil … [130]
[Á: Qué maravilloso ser inútil; qué agotador ser necesitado.]
Impensador: Menard toma la palabra de Borges, que la toma a su vez de su maestro y amigo Macedonio Fernández, de quien sólo sé (por Menard, al confiarme la genealogía del préstamo) que Borges lo declara “el filósofo más grande, más discreto y más guitarrista del mundo”. [130]
… una existencia que yo creía transparente. [138]
[Á: Existir en transparencia.
Transapariencia: más allá de la apariencia.]
… déficit de heroísmo … [145]
“No desconcertar al lector, ese mal necesario. Temer para él, más que la mediocridad, las diferencias que le harían sospechar que el autor que abusa de su paciencia pudo hacerlo mejor; y lo empujarían a abandonar a medio camino el libro desigual, en aras del libro inigualable cuyo fantasma entrevió…” Por mi parte, ¿cómo podría negar que muchos de mis textos de la época que siguió a nuestro encuentro son, para hablar como él, los fantasmas de textos que él inspiró … [156]
… la inteligencia como actividad normal (y casi inexplotada) del hombre (“la tontería no es mi fuerte” ― “la bêtise n’est pas mon fort” ―, le gustaba repetir a Menard), la erudición como modo estrepitoso de no pensar, el amor como disciplina, la lectura como benevolencia, como busca de las “dos o tres cosas que justifican un libro, por malo que sea” … [157]
… cómo escribir sobre un gran escritor sin obra … [160]
… una luna a medio roer … [162]
De hecho, ya sé la muerte que me espera: un paro del corazón, como una irónica pero justiciera y última revancha de la parte tan cruelmente descuidada de mi ser, sobre la parte omnipotente, omnipresente: ese cerebro que, si así puedo decirlo, hizo siempre su voluntad y no dejó durante toda mi vida (que fue sobre todo, lamentablemente, la suya) de gobernarme con egoísmo… [168]
… se había visto a punto de conocer la felicidad … [169]
… la nostalgia no es un remedio a la emoción [176] sino que al contrario, no contenta con prolongarla, la aumenta, a veces hasta el dolor … [177]
[Á: “La palabra nostalgia es un neologismo acuñado por el suizo Johannes Hofer (1669-1752) quien la usó en su tesis médica escrita en 1688. Su tesis describía una enfermedad que sufrieron un estudiante y un sirviente. Estos agonizaban, pero cuando regresaron a su casa con su familia se recuperaron milagrosamente.”
Nostos es regresar, algos es dolor.]
… cultivar hasta el fin lo anodino, la transparencia, la invisibilidad. [181]
[Á:cómo se cultiva la nada? ¿Se cultiva LA nada, o LAS nadas? ¿Se cultiva nada, sin artículo? El quid está en cómo realizar una acción en base a una nulidad.]
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