Los caminos de la libertad. 1 La edad de la razón
Jean-Paul Sartre
Traducción: Manuel R. Cardoso
Buenos Aires: La Página, 2005
Obra original: 1945
… las palabras no le duraban mucho más de una estación … [13]
… a todo le falta sombra. [13]
―Conocerme no me interesa tanto ―dijo sencillamente.
―Lo sé ―dijo Marcela―, pero eso no es un objetivo, es un medio. Es para liberarte de ti mismo, mirarte, juzgarte; ésa es tu actitud preferida. Cuando te miras, te figuras que no eres tú lo que miras, que tú no eres nada. En el fondo, tu ideal es ése: no ser nada.
―No ser nada ―repitió lentamente Mateo―. No. No es eso. Escucha: yo… yo querría apoyarme sólo en mí mismo.
―Sí. Ser libre. Totalmente libre. Ese es tu vicio.
―Eso no es un vicio ―dijo Mateo―. Es… ¿Qué otra cosa quieres que haga? [14]
Ivich no pensaba jamás en los ausentes. [20]
… al destruir esta vida, lo mismo que al crearla, no habré sabido lo que hacía. [21]
[Á: Lo inimaginable de las consecuencias, del entrelazamiento de sucesos]
… es el individuo al que no le gusta nada sencillamente, ni beber, ni comer, ni acostarse con las mujeres; él tiene que reflexionar sobre todo … [29]
Su libertad no se ve, es interior. [31]
“Ha sido joven”, pensó. Había tipos que estaban hechos para tener treinta y cinco años –Mateo, por ejemplo–, porque jamás habían tenido juventud. Pero cuando un sujeto había sido verdaderamente joven, quedaba marcado para toda la vida. [33]
Boris sintió que deseaba a Lola y se alegró: el deseo chupaba las ideas negras, lo mismo que las demás, por otra parte. [34]
… la defendía contra la vejez. [35]
“Los mocosos, pensó, son animalitos voraces; todos sus sentidos son bocas.” [44]
Le gustaba mostrarle hermosos cuadros, hermosas películas, hermosos objetos porque él mismo no era hermoso; era una manera de excusarse … [52]
Ivich era un pequeño sufrimiento, voluptuoso y trágico, que carecía de mañana … [56]
Así hacen las personas cuando envejecen: cuando están asqueadas de sí mismas y de sus vidas piensan en el dinero y se cuidan. [63]
Aquello era amor. Ahora era amor. Mateo pensó: “¿Qué es lo que he hecho?”. Cinco minutos antes ese amor no existía; había entre ellos un sentimiento raro y precioso, que no tenía nombre, que no podía expresarse con gestos. Y justamente, él había hecho un gesto, el único que no había que hacer –por lo demás no lo había hecho expresamente –, había venido espontáneamente. Un gesto y ese amor había aparecido ante Mateo como un gran objeto molesto y ya vulgar. [65]
… dijo en tono incoloro. [75]
Cuando no se tiene el valor de matarse en bloque, es menester hacerlo al detalle [88]
[Á: Pequeños suicidios casi imperceptibles para reemplazar el suicidio total]
Quería mucho a Odette, pero nunca sabía qué decirle. [97]
Mira, cuando pienso en ti, me confirmo en la idea de que no hay que ser hombre de principios. Tú estás atiborrado de ellos, te los inventas y no te conformas. [99]
… yo puedo ser pacifista, pero no respeto la vida humana … [102]
“Uno no puede sufrir por lo que se le antoje”. Allá lejos había una historia formidable y trágica que reclamaba que uno sufriera por ella. [110]
¿Pero de qué sirve la libertad si no es para comprometerse? Tú has gastado treinta y cinco años en limpiarte y el resultado es el vacío. Tú eres un tipo raro, sabes –prosiguió con una sonrisa amistosa–. Vives en el aire, has cortado tus ataduras burguesas, no tienes lazo alguno con el proletariado, flotas, eres un abstracto, un ausente. Eso no ha de ser siempre divertido. [116]
―Tú has renunciado a todo para ser libre. Da un paso más, renuncia a tu misma libertad, y todo te será devuelto. [116]
… pensaba por medio de verdades breves y severas … [117]
… decidió: soy un tipo acabado. [123]
… era un impulso sin consecuencias, una costumbre. [127]
… siempre pensó que un tipo que trabaja con la cabeza debe poseer encima de todo un oficio manual para mantenerse en contacto con la realidad. [138]
―Yo sólo puedo considerar mío lo que le escondo. [160]
“Quizá no se pueda hacer de otro modo; quizá haya que elegir: no ser nada o jugar a lo que se es. [172]
Querer ser lo que soy es la única libertad que me queda. [216]
… todas las hermosas manos … [227]
… una sola vez las lágrimas … [236]
… mísera decencia. [239]
Eran los únicos objetos del mundo: entre ellos no había nada más que un amontonamiento de obstáculos y distancias. [262]
Querría estar muerto y existe, continúa obstinadamente haciéndose, haciéndose existir. [272]
Daniel escuchaba gustosamente en las puertas, para preparar sus entradas en escena. [291]
No sé qué daría por realizar un acto irremediable. [302]
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