Todo lo que soy capaz de (no) decir. Violeta Vazquez.
Buenos Aires: Del Nuevo Extremo. 2018.
Niño con ropas de razonable. Aterrado con boinas de caminante. Hecho a sí mismo, siempre pudiendo. Cuando no puede, pudiendo. Cuando no sabe, sabiendo. [14]
Escapando del devaluado “sí mismo” y en busca de ser la mitad de algo distinto. [16]
El error te elonga la identidad … [20]
¿A quién cuidás con tu locura? [23]
Nada de su cuerpo me produce asco, nada de su andar, de lo que puedo ver, sentir, oler, gustar. En cambio, me asqueo de su lenguaje abultado, de sus argumentaciones indiscutibles, de su habilidad para manipular cualquier discurso. [24]
Es arte de cierta gente, el hacerse imprescindible. [27]
Los vínculos están hechos para la desilusión del Yo, que quiere controlar, dominar y clasificar las experiencias en cajones conocidos. Los vínculos sobreviven si dejamos que nuestras identidades se vean profundamente afectadas, desconsolidadas y deconstruidas. Los vínculos son el mayor desafío de esta era porque requieren una entrega absoluta a lo desconocido propio, que siempre trae al Otro. Salir corriendo de un vínculo, sea por horror, lujuria, indignación o sorpresa, es una pérdida de tiempo. [32]
… lo elegí porque a pesar de saber profundamente quién soy y de qué no soy capaz, eligió, al mismo tiempo que yo, quedarse conmigo. [34]
No supe reiniciar como acto voluntario. Reinicié cuando me dejaron, cuando me mudé, cuando me enfermé, cuando me echaron, cuando despertaron los ataques de pánico. Reinicié cuando me empujaron, porque no había lugar para mi verdad, para defender mis valores y postulados; reinicié cuando ya estaba obsoleta, cuando ya todo daba lo mismo. [44]
Fracasá estrepitosamente, y a edad temprana. Quedate sin expectativas. Te ahorra mucho tiempo de fantasía. Y creeme, no hay nada más preciado que el tiempo ganado, libre de fantasía. [47]
Tenés pensado dormir así conmigo el resto de tu vida. Adaptado a mi columna. Me llené la boca hablando de libertad, de casas separadas… una pérdida de tiempo. [58]
Ser feliz es algo poco humano. [61]
Comerás fruta. Comerás solo fruta y yogur hasta ser una cañita de bambú. [72]
[Á: cuerpos inapropiados. Cuerpos que no podemos manejar porque aún no nos hemos identificado en ellos, con ellos. Cuerpos ajenos que nos encierran en nuestra propia piel, ajena también.]
… no hay manera de no estar entregado a lo que sea … [80]
[Á: me recuerda el verso de Sadness: ¿quién puede estar sin morirse por nada?]
A mí me gustan los hospitales, y los enfermos, y los desdichados. En la habitación de un enfermo una nunca está a contramano, no es de día o de noche, no se está bien o mal vestido. No hay forma de resultar demasiado desubicada. Una encuentra nuevas formas de mirarse, de sostenerse. Con la enfermedad aprendés a hablar con papelitos, a oler a alcohol o a pastelito, a masajear pies fríos. Ves sangre, sondas y drenajes. Amás los cuerpos pudriéndose, te sorprendés cuando se reinventan, te llenás de hojitas de servilleta antiabsorbente y sobrecitos individuales de mermelada. La vida se detiene, simplemente pasa lo que pasa, sin que puedas detenerte a resistirla. El hospital y yo nos caemos bien. [81]
[Á: Las personas van y vienen en mi alrededor. Cargan cosas, las descargan, las golpean, las arreglan (van y vienen las personas, usando sus vidas para no tener que vivirlas; pero voy a quitar esa línea, o la voy a discriminar entre paréntesis para que todo pueda leerse con la amable opción de ignorarla). Cumplen una tarea, piensan en otra, la encuentran o alguien se las deja servida. (a veces, de a ratos) miro de reojo e intento leer.
Las plantas, pienso. Las plantas sí saben hacer cosas; lo cumplen todo sin delatarse, transforman el paisaje (y más, el mundo, porque el paisaje es inhabitable, insufrible, inamable, no se puede tocar ni lamer ni pincharte los dedos, sólo se puede admirar; el mundo es donde todos ocurrimos y desaparecemos) sin salir a buscar nada ni a nadie, y no aplauden ni ríen ni mueven la cola.
Vienen y van y dan vueltas y zigzágs las personas en mi alrededor. Se cansan, se sientan a descansar, se quejan, se ilusionan, se alegran de un nuevo proyecto, desean estar en otro lugar, alimentan a sus mascotas. Intento leer y pienso que no debería molestarme. Sé que no debería molestarme. Pero las plantas. Qué gesto de amor tan dulce y tan salvaje disolverse del ajetreo sin fin para quedarse a vivir entre las plantas y probar aprender.]
… tengo el imperativo derecho de existir. De ser un cuerpo que no sobra en esta tierra. [86]
[Á: pregunta: no sobrar es una forma del amor. La atención es otra.
No sobrar. Tener un lugar en el que tus acciones y tu simple (siempre extraordinaria en realidad) presencia cumplen un sutil, pequeño, e inevitable propósito. Más o menos alegre, más o menos violento, según la ocasión. Un lugar tan irreemplazable como a la vez innecesario. Una hermosa burbuja con su frenético arco iris corriendo por su superficie; hasta que única, estalla, y ya ninguna otra ocupa su lugar, aunque ya haya otra burbuja en su lugar.]
Descansá ahora, dormí, incluso mientras estás escribiendo, el trabajo se está haciendo solo, por dentro. [87]
[Á: es cierto. A veces componer es sólo esperar. Las ideas, los sentires, las experiencias, se van mezclando dentro con total disimulo. Un día, o una tarde, o una fotografía, o un sabor, destapan lo que estuvieron construyendo.]
Viva, sin haber hecho nada mal ni nada bien … [89]
Estoy destinada a mi propio cuerpo, el que me toque, el que vaya siendo. Estoy condenada a que fracasen los esfuerzos, porque parece que justamente la vida se trata de no empujar cuando no es el momento. [90]
No es poca cosa probarse en el arte del amor incondicional. No saldrá ni bien ni mal, será demasiado presente como para interpretarlo. [93]
Yo estuve en mi nacimiento y en el de los niños. Llega un cuerpo, se te resbala, se te escupe, va creciendo. Pero el muerto, el muerto no se está muriendo, no se está resbalando, se resbaló. [95]
¿Cuál es el riesgo más grande de tener hijos?
Ser sensible a la mirada crítica que portan. Cuando llegan al mundo, se las inventan para exiliarnos, para aborrecernos, para demandarnos. A prepararse: no nos querrán lo suficiente, no nos aprobarán lo suficiente, no nos darán ni siquiera la tranquilidad de crecer sanos, fuertes y felices. Se suicidarán varias veces, nos pedirán socorro y volverán a dejarnos, porque a eso vinieron, a mostrarnos que somos muy capaces de fallar. Dirán que no les dimos a elegir la vida. Que no somos más que un punto de partida. [129]
… solo haciendo un muro transparente entre sus ojos bien abiertos y el mundo … [131]
… no es sano el amor … Si no te impulsa a que crezcas con tus otros vínculos. [146]
Si sos vos, amada hija, la que no sabe amar, pedí ayuda, saltá acá cerquita, donde está la red, volvé a tu cuerpo, a tu magia. [147]
… he leído pocos cuentos y jugar me causa angustia. [148]
… tu cara hecha de ojos … [148]
Y perdonate todos los pecados, tu niño no necesita una buena madre, te necesita a vos. [154]
(Yo si fuese él me estaría viniendo a abrazar por la espalda y a chuparme suavemente el lunar que hay detrás de mi oreja. Pero él está ocupado jugando con el perro, y probablemente si yo fuese él estaría haciendo lo mismo). [167]
… no hay nada que sanar, todo que asumir, tal como es. [191]
… pero nadie vivió sin matar,
sin cortar una flor,
perfurmarse y seguir… [203] [citando a Homero y Virgilio Expósito]
[Á: la vida como mero/puro extractivismo.
Y a partir de ahí: ¿existe la extracción respetuosa? ¿extraer 'lo indispensable' (bastante difícil de definir) es 'más respetuoso' que extraer por lujo? ¿intentar extraer respetuosamente es una virtud o sólo una estrategia discursiva de una psiquis que inventó el bien, el mal, la moralina y la culpa, y ahora se defiende de esta última? Todo puras palabras mientras sufrimos y hacemos sufrir.]
Todos somos simplemente un burdo punto de vista. Todos somos un par de ojos parciales, solitarios y siniestros para otros que los mira. [209]
Sabés que no sabés ni poco ni mucho y que no hay nadie en quien referenciarse. [211]
[Á: hipótesis de esta mañana: esa podría ser la única señal de maduración, de paso de la adolescencia a la adultez, el descubrimiento y la aceptación de que no hay persona ni banda de música ni personaje de ficción ni cultura ni religión ni nada que sea digno de imitación. No necesitar ponerte una remera de patricio rey ni del om ni del tao, quizá eso sea "madurar". Y por supuesto, recordar que las personas "maduras" no tienen ninguna ventaja evolutiva en comparación con las personas "adolescentes".]
Puedo todo, pero no estaría pudiendo nada, que no se enteren los vecinos. [218]
Los niños juegan lo que no pueden nombrar. [236]
La mayoría de las respuestas en el mundo se responden con nada, con no sé, con ni idea. [240]
… ¿contra qué lucha? … ¿contra el haber sido niños? [247]
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