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Museo de la novela de la Eterna. Macedonio Fernández. Extractos y comentarios al margen.

Museo de la novela de la eterna (primera novela buena). Macedonio Fernández (1874-1952) Buenos Aires: Corregidor. 2015. Obra original: (publicación póstuma) 1967

Todo se ha escrito, todo se ha dicho, todo se ha hecho, oyó Dios que le decían y aún no había creado el mundo, todavía no había nada. También eso ya me lo han dicho, repuso quizá desde la vieja, hendida Nada. Y comenzó.
Una frase de música del pueblo me cantó una rumana y luego la he hallado diez veces en distintas obras y autores de los últimos cuatrocientos años. Es indudable que las cosas no comienzan; o no comienzan cuando se las inventa. O el mundo fue inventado antiguo. [13]

Otra inexistencia a la que se ha dado vida por óperas, novelas, poemas, es: el amor no correspondido, suceso que nunca ha ocurrido (siendo verdadero amor). Innumerables cosas que no existen se han inventado: hay todo otro mundo de inexistencias (la subconciencia, el deber, la cenestesia, mucho “Dios” de las “religiones”); déjeseme tener una sola inexistencia en mi novela: El No-Existente-Caballero; es dotar a una obra de arte del personaje necesario para que los otros ostenten su existencia; el único no-existente personaje, funciona por contraste como vitalizador de los demás. [21]

… para algo se apura el demorado: para llegar adonde no sea tarde … [21]

Pero más precauciones he tomado contra el verdadero suicidio, que es el vivir después de fracasar. Corregir es casi todo el Éxito, es lo que hace geniales. Corregir, corregir es el otro gran Poder … [23]

Y sólo porque ella quiere sonreír una última vez a su amor desde fuera de este amor, desde el Arte, compongo este libro que no necesitamos. [26]

… la muerte que engendra toda la belleza de la Realidad: la que separa amantes, pues otra muerte no hay, no se muere para sí ni hay muerte para quien no ama; ni hay belleza que no proceda de la muerte, ni muerte que no proceda del amor … [27]

Pero se me dirá que hay sueños que cesan, que se tornan tan rebeldes que nunca los recobramos: hay los que se ocultan, las ocultaciones de los que quizá existan pero que no veremos ni reconoceremos más.
Esas ocultaciones sólo existen para un Soñar hesitante: hay sueños que reclaman para volver la plenitud de nuestra alma, un alma rebosante, una certidumbre sin sombra en nuestra decisión de soñarlos. [29] [Á: en otras palabras: hay sueños para los que el alma nos queda demasiado pequeña e inservible]

… no tengo más prólogo hasta después de la novela. [31]

Pero mucho me falta saber del amor en ejercicio, de cómo se alimenta emocionalmente su sed cotidiana, de su delicado e inaplacable comercio. [32]

Su no estar es todavía demasiado cerca. Lugares donde no esté, muy solicitados, no se consiguen ni de los revendedores de su ausencia … ; su retirada no es irse ya sino un irse todavía. [34]

El mundo padece de tenerlo cerca y no tiene bastante lugar de donde echarlo. … donde no está, se porta bien. … “es la novela del muchacho tenido lejos”. [34]

Es muy sutil, muy paciente, el trabajo de quitar el yo, de desacomodar interiores, identidades. [36]

Todo personaje medio-existe, pues nunca fue presentado uno del cual la mitad o más no tomó el autor de personas de “vida”. Por eso hay en todo personaje una incomodidad sutil y agitación en el “ser” de personaje, como andan por el mundo algunos humanos que un novelista usó parcialmente para personaje y que sienten una incomodidad en el “ser” de vida. Algo de ellos está en novela, fantaseado en páginas escritas, y en verdad no puede decidirse dónde están más. [44]

el personaje que no figura, cuya existencia en la novela lo hace fantástico respecto de la novela misma, como el mundo, el ser, nos parece real porque hay ensueños. A él le encomiendo salvar la fantasía aquí, si todo falla; el Viajero que en la misma vida quizá no existió nunca, pues no creo en los Viajeros; los dos sentimientos que definen al Viajero de calidad son la facultad y deseo de olvidar y el deseo de ser olvidado. El magnífico Olvidador, completado con esta última facultad de indiferencia a ser olvidado y aun la valentía y soberbia de querer que la imagen de él muera en la mente de los otros, muerte más temida que la personal, quizá porque todos sentimos que no hay la muerte personal. La muerte que hay en los olvidos es la que nos ha llevado al error de creer en la muerte personal. Pero esta creencia es debilísima, por eso hacemos mucho más por no ser olvidados que por no morir.
―Y entonces, ¿por dónde erra y anda nuestro Viajero?
―Mi Viajero vive allí enfrente. Y no sale de su casa sino a la hora de fin de capítulo en la novela. [45]

Tal colección de sucesos se encerrará dentro de ella que no dejará casi nada para el suceder en las calles, domicilios y plazas, y los diarios faltos de acontecimientos tendrán que conformarse con citarla: “en la novela de la Eterna ayer a media tarde se produjo el siguiente coloquio”; “se encuentra esta mañana sonriente la Dulce-Persona” … [46]

O si ya no le queda más carrera literaria que la más difícil, la del lector: La facilidad actual de escribir hace la escasez de lo leíble y hasta ha suprimido la injuriosa necesidad de que haya lectores: se escribe por fruición de arte y a lo sumo para conocer opinión de la crítica. [48]

La única novela contada toda y que, sin embargo, no contiene nada además, aunque el envión de contarlo todo lleva a más contar y el de leer los cuentos árabes me arrastró en la adolescencia, por ignorar que eran sólo 1001, a seguir leyéndolos después de concluidos: se me avisó muy tarde que lo que leía era después de terminado y así continué devorando cuentos que encontré abundantes en la Moral, la Historia; cuentos del Progreso, la abnegación de los políticos, los religiosos, los propagandistas de cualquier cosa desinteresada, la felicidad del bueno, el arrepentimiento del malo, la concordancia última entre conveniencia individual y general, o Utilitarismo, el orden del Universo y otros milagros de la abundante “fe” de los hombres de ciencia, ¡tan exigentes con los milagros populares! [51]

Dulce-Persona, el Presidente, Nec -la Eterna no está en el mismo camino-, los tristes seres-personajes viven sólo los minutos que alguien posa escribiéndolos: concluidos de hacer, han concluido, nada son, más tristes todavía porque recorre sus figuras muertas la cosquilla, la mariposa de la mirada lectora o humana, inquietante tacto de pétalos de burla o piedad que deshojáis, excalofriándolas, sobre sus formas que no tuvieron nunca acceso a la Vida. [54]

El saber es cosa de hondura y complejidad, nada parecido al triste saber palabras, lo peor que puede ocurrirnos y al mismo tiempo lo que más infatuación engendra. Yo digo que vivimos con muy poco saber, como para creer que no haya mucha necesidad de él. Y si fuera cierto que era muy poco nuestro saber, sería dudoso que fuera cierto: si no sabemos profundamente casi nada es probable que en tan vasta ignorancia quepa el no saber que sea cierto que no sabemos nada. 
No es eso lo que quise decir sino que cada uno sabe a toda hondura dos o tres verdades complejas, pero sus contactos de vida son mil aspectos más, de modo que hacemos casi todas las partes de nuestra vida a oscuras, lo que no conduce a una constante desventura ni mucho menos porque el dolor tiende a engendrar por sí mismo el placer, por mera cesación y viceversa. [56]

… una montaña con los precipicios oportunos … [59]

… nunca está probado que el hombre o la mujer que llora o ríe, que frunza el ceño, grite, se agite, ataque, se defienda, busque, encuentre, juegue, se detenga, escriba o parezca leer o atender sienta o piense cosa alguna; que en ese hombre o mujer existan estados de sonido, color, olor, dolor, de todo lo que constituye la sensibilidad. En suma: que no exista “estado de conciencia”, no impedirá nada -ni la presencia de la conciencia ayudará en nada- que se desempeñen exactamente como se desempeñaría en igual situación una persona con conocimiento y sensibilidad.
Al organismo le interesa vivir: no le interesa ser, tener sentido. El automatismo se hace cargo incesantemente de todo nuestro hacer y ese automatismo es totalmente adquirido por la experiencia individual (experiencia que no necesita ser sentida para producir modificaciones de adaptación), excepto quizá en los dos reflejos instintivos fundamentales, que son congénitos: la fuga a lo doloroso (que es lo destructivo del organismo, no lo doloroso psíquico) [61]  y la retención o persecución de lo placentero. 

Deunamor dejó de ser una conciencia personal desde hace muchos años, y yo mismo observo que su conducta en la novela es la de un hombre que nada siente, piensa ni ve, en actitud de espera, pero sin sentir la espera, de volver a reunirse con la amada y ser feliz, o sea que es actualmente una insensibilidad con perspectiva de ser una sensibilidad. Esto es muy misterioso, y sería censurable para una persona que ignorara que en el mundo hay cines y novelones de Conan Doyle. [63]

… el Cuerpo no posee más plan que el Longevismo, no el Hedonismo. [63] [Á: la misma conclusión a la que llegué yo alguna vez; sólo que mi formulación era: “el único sentido/objetivo de la vida es alargarse a sí misma”. Podría decirse que la vida/existencia es un gran y solo/único onanismo.]

… fuera de la pasión la probabilidad es de prevalencia del sufrimiento … [67]

La ciencia es un pasatiempo de descriptiva del Ser, con esperanza de practicidad y sin asombro-de-ser. [69] [Á: creo que sí hay asombro-de-ser en la ciencia (actitud científica, o sea curiosidad empírica). Pero supongo que pasa como en muchas otras disciplinas: las personas religiosas parecen alejarse bastante de lo que se supone que la religión propone, desviándose a otros intereses. Con la ciencia igual.]

… la categoría “ser” no es pasajera, no puede perderse. [69]

No concibo un instante de mi no-ser, de mi no-sentir; lo que soy, es decir mi sensibilidad, no empezó ni cesará ni se interrumpe un instante, ni se discontinuará nunca la identidad individual en mi memoria. [69]

El Espacio es irreal, el mundo no tiene magnitud puesto que lo que abarcamos con la más amplia mirada, la llanura y el cielo, cabe en el recuerdo, es decir en imagen, totalmente y con todo su detalle en un punto de mi psique, de mi mente; ésta no tiene extensión, puntos, y contiene imágenes. [70]

… si doloroso no es temido, es pasado, y también lo es si placentero no suscita deseo o alegría … [71] [Á: ¿se podrá hacer la siguiente extensión?: Todo lo que no genera miedo o alegría (dolor o placer) es pasado.]

Yo no doy personajes locos, doy lectura loca y precisamente con el fin de convencer por arte, no por verdad. [73]

… el no existir de un libro se obtiene entre el prometerlo y el publicarlo; libro no anunciado careció de no-existencia … [75] [Á: hacer lista de libros que me propuse escribir, para así después no escribirlos]
[Á: Tiempo después de esa anotación, la lista está más o menos hecha:
Cuentos de ponerse el sombrero derecho en la cabeza izquierda (antología de cuentos que considero simpáticos, como el del aireteniente de Pocaguafa, el del señor que era su cuerpo del cuello para abajo y entonces podía dejar su cabeza donde quería, el de la herida que estaba en la clavícula equivocada, el del coi que plagió la novela de un ciclista, el del niño que casi siempre tenía respuestas pelirrojas, etcétera)
El infinito algoritmo de la existencia (libro de filosofía existencialista adolescente ya incompletamente escrito e inacabado)
Qué opina mi mamá de lo que escribo (en realidad lo escribiría mi mamá, pero yo lo editaría y agregaría comentarios sobre sus comentarios. Sería una forma más particular de otra idea para libro: una antología que en lugar de relatos y cuentos (los cuales primero deben escribirse) tiene comentarios sobre los mismos, escritos por personas que yo elegí)
González y sinflores (libro con dos novelas cortas: una en la que se relatan algunos sucesos de la vida de González; otra en la que se relatan algunos sucesos de la muerte fallida de sinflores)
El libro de las oposiciones no contrarias (especie de diccionario que reúne y propone parejas de palabras opuestas que no se oponen ni se anulan (en otro decir, que no surgiría oxímoron entre ellas), como por ejemplo: miedo – simpatía; cinismo – paciencia; noche – mandarina; pasión – respeto)
Pulpa de pan y mate en la playa (novela que trascurre en la duración temporal de un solo día, describiendo la rutina ocasional de verdeSol cuando Unkelee no la va a visitar de sorpresa)
El tao de San Francisco de Asís (ensayo enlistando propuestas estéticas, filosóficas y prácticas de San Francisco de Asís, según los libros de Larrañaga, Chesterton, y las crónicas de los Tres Compañeros, y comparándolo con el Tao Te Ching de Lao Tsé)
La jofaina y el minimalismo (siempre es bueno tener una jofaina con agua y un poco de arena y jabón blanco para lavarse las manos sin necesidad de detergentes ni de grifos)
Manual de movimientos faciales, bucodentales y diafragmáticos para evitar quemarse cuando se ha introducido una papa caliente en la boca (lista de ejercicios y técnicas respecto a lo que menciona el título)]

… sólo el que no busca una solución es el lector artista … [80]

“mañana si Dios quiere lavamos los pisos”, “mañana si Dios quiere, lavo mi pieza”. Se venía observando y calculando que cada día Dios se olvidaba de querer unos treinta mil lavados de pisos postergados en todo el mundo. [83]

Personajes frágiles, por vocación de vida, porque creen que serán felices: Quizágenio, Dulce-Persona. [86]

Lo que se piensa al tenderse a dormir, lo que se sueña maravillosamente durmiendo y lo que se piensa despertando ¿qué yo común tienen? [88]

… y no sabríamos nunca que hemos dormido si otras personas (que pueden ser sólo soñadas) no nos lo dijeran, como no nos consta directamente de nuestro nacimiento sino lo que nos dicen otros que no supieron que nacían. Y si ellos no lo saben de sí mismos ¿cómo les creemos? [88]

… emancipémonos de la noción absurda de lo Inconocible, que es un resto de veneración infantil por la Realidad, de temor vago del Hombre frente al Mundo (físico [92] y psíquico), derivado de una concepción vulgar de la Inteligencia como un instrumento entre otros, como incapaz de otra cosa que percibir causas y efectos y formular leyes causales para el bienestar, para eludir, prever o prevenir males o bienes. Y emancipémonos de lo Imposible, de todo lo que buscamos y creemos a veces que no hay, y, peor aún, que no puede haber. Nada entonces debe detenernos en la busca de una solución plena, sin restricción, sin residuo irreductible. [93] [Á: ¿Por qué lo racional se separa de lo afectivo? ¿No es lo racional solamente una emoción más, o al revés: no es toda emoción una forma más de la racionalidad?]

Quien pasa delante de ella pierde el don del olvido. Y si puede olvidarla es un lisiado. [94] [Á: Personaje que al ser visto por alguien más se vuelve absolutamente inolvidable, es decir, un recuerdo permanente en su testigo, es decir, un pensamiento simultáneo: quien lo ha visto, no sólo recuerda a la perfección su imagen, sino que una vez distanciados, es capaz de recordar/pensar/ser consciente de lo que está haciendo en ese otro momento de no cercanía, de ausencia.]

Eso somos, con la nitidez de un círculo, nosotros, un pensar la corteza gris en ella misma. [95]

Porque ya te insinué en muchas tentativas de conmover tu dolorosa creencia en la muerte, que siento que el obstáculo que me domina para impedir que mi amor por ti sea el todo-amor que mereces y que es todo el valor de la realidad, es esa discrepancia que nos separa en cuanto tú crees que nos espera muerte y un terminar de nuestras personas y de nuestro amor y yo no creo que el todo-amor pueda florecer en seres que se crean pasajeros. [96]

Nicolasa tenía también de antiguo cierta tirria a los geómetras, por algún episodio de su vida. Lo seguro es que les cumplió venganza invitándolos melosamente a un banquete por ella preparado. Hizo los manjares tan perfectamente esféricos en su presentación, particularmente el primero, que no sabiendo los geómetras en su escrúpulo por dónde empezarlo (hallándose ante un infinito sin comienzo, que debían respetar), no probaron de aquél, y no habiendo empezado el banquete por el principio, se abstuvieron de empezarlo por lo demás, lo que dobló su mortificación, pues los manjares siguientes no revestían impedimentos geométricos a su muy deseable gustación. [102]

Oculta por la luz colgada del día de la siesta, hay frente a la casita de la Estancia lo único que la luz puede ocultar: otra luz; hay una llamita que nadie de los que habitan allí vio, que quiere existir y no ser vista. [103]
[Á: Adoro cómo escribe Macedonio. Y tal vez también lo que escribe.]

Que la ame, y a mí me acaricie la cabeza solamente, pero siempre. [104]
[Á: Lo mismo que los corchetes anteriores]

El no decir nada por primera vez será conciso; hasta ahora siempre necesitó volúmenes. [108]

Yo, que me había figurado ser, una vez, el hombre de la completa ventura, que abriéndose a codos camino entre la multitud gritara: ¡por favor, dejad pasar a un hombre feliz!, tengo, al contrario, que salir a que me favorezcan con una colecta de compasión por todo lo que me sucede, porque me sucede todo. Véase, si no:
Ansío la destrucción de las ciudades y me sale un primo que con extraordinario talento y vehemente empeño brega por las ciudades, su prosperidad y aumento, resolviéndose al urbanismo todos los problemas del tránsito.
Descubro los mejores títulos de novelas y ensayos, y a poco rato mi meditación me demuestra que lo más ridículo e injustificado de una obra de arte es ponerle título.
Descubro el más doloroso e intenso de los asuntos de novela, poema o teatro, y tiempo después mis meditaciones sobre estética me imponen la verdad de que el asunto en arte carece de valor artístico, es extrartístico, y, además, la invención de asuntos de arte es una de las máximas ociosidades, pues la vida rebosa de asuntos. [112]

… lo que se detalla en el Capítulo I, “Las trece difíciles llegadas de vuelta a casa, del personal de la Novela”, es una maniobra para ejercitar y examinar mis personajes y no ha ocurrido nunca. [115]

… siempre dudará si es que aplauden donde uno está o está uno donde aplauden. [120]

… lo Imposible, que no es lo que falta, pues todo lo hay en el mundo, sino lo que nos falta cuando lo deseamos, aunque venga o exista antes o después de desearlo. [122]

Ahora, al que quiera escribir una obra perfectamente mala yo por mi parte le recomiendo un tratamiento largo, si lo puede resistir, de lectura de Gracián, y recordar frecuentemente mientras se escribe, todo el poema que comienza (es lo único que le conozco) por “¡Éstos, Fabio, ay dolor, que veis ahora!”. Pero aún mejor sería, siguiendo el contraejemplo de Cervantes, hacer una prolongada vida de molicie, lujo, libertades, paseos, holgazanas y sentarse luego un buen día a escribir. Si Cervantes en la situación más incómoda escribió lo mejor, el que escriba en toda comodidad hará terrible libro. [123-124]

… hacer estética es ejecutar artísticamente cualquier asunto. [125]

Construyamos una espiral tan retorcida que canse al viento andar su interior, y de ella salga mareado olvidando su rumbo; construyamos una novela así que por una buena vez no sea clara, fiel copia realista. O el Arte está de más, o nada tiene que ver con la Realidad; sólo así es él real, así como los elementos de la Realidad no son copias unos de otros. [127]

¿No te infunde pavura y entristece tu orientación en el arte que practicas de ensartar un día tras otro llanamente de tu sólida cotidianeidad que te hace cenar plácido cada noche pensando en el almuerzo del día siguiente, sin duda alguna de acertarlo … [131]

Dulce-Persona y Quizagenio habían conversado dos horas en un coloquio feliz de hablar cada uno más que el otro. Estas dos horas son las únicas que hubo verdaderamente felices en el amor de Quizagenio por Dulce-Persona y en la amistad de Dulce-Persona por Quizagenio, amistad y amor que nacieron bajo aquella viva conversación sin que supieran ellos que habían nacido. ¿Ese trato y diálogo, esa amistad y amor no estaban comenzados desde siempre en esas almas? ¿Por qué decir que principiaron si ellos no sintieron ese nacer ni después lo sintieron como comenzado alguna vez? [152]

Quizagenio a veces pensaba en Dulce-Persona mirándola; otras la miraba soñándola; otras pensaba en ella sin dirigirle los ojos (esto no le perdonará la Eterna al Presidente). Pero siempre Dulce-Persona. [158]

―Sin embargo, el Presidente tiene también sus calmas: a veces deja quemarse el cigarrillo mirándolo irse en cenizas.
―Es cierto. Qué vida más intensa, bajo su aparente placidez, la del Presidente. [160]

… a nadie que ama verdaderamente se le ocurre decir “Te amo”. [163]

“Por lo menos en esta vida cada uno ha de dejar caliente su asiento; dejar, al partir, su lugar, o sea el tiempo y zona en que vivió, un poco más cómodo para el hombre futuro, que antes (o quizá quiere decir: un trabajo y un calor de trabajo desinteresado debe dejarse hecho para los otros, sin recurrir al gran egoísmo del propio destino); hay que ser un hombre que hizo algo más de bien que de mal” … [170]

… la envidia es la más dura inelegancia de personalidad, falla en el egocentrismo … [170] [Á: ¿Podría entonces la envidia ser un hueco por el cual penetrar el ego para destruirlo desde adentro? ¿Podría ser ese orificio en el que se mete el dedo para tironear y desgarrar toda la superficie? ¿Cómo?]

Es falso amor el que piedad o amparos pide. El amor es igualdad. [181]

Queremos distintamente, a veces encendemos, a veces apagamos luz; ver y no ver; que se nos vea, que no. [181]

Hay Belleza: para detener todo el Dolor. [184]
[Á: un día optimista en la vida de Macedonio.]

… te tomaría de la mano y huiría de aquí a la Vida … [188]

… el Automatismo Longevístico, único imperativo de la vida y cuya finalidad es suplantar el pluralismo vital fatigoso y anárquico por un único Cosmos-Persona, el mono-ser libertado por fin de sujeción a la pérfida relación de Externalidad … [190]

De más está decir que quien esto afirma no cree que la vida tenga ley de hedonismo, vale decir, que la vida tenga un valor hedónico por el sólo hecho se ser existente, que sea más hedónica que el no ser. [191]

Hay pues una salvación: morir con oportunismo hedónico, cuando la vida no vale, a pesar de la tiranía de hacer vivir que ejerce el Automatismo. [192]

El Automatismo no puede querer ninguna muerte, ni por mutuo exterminio entre vivientes, ni por enfermedad ni por caos mental suicida. El rumbo longevístico de la vida opera a base de apetitos certeros congénitos, que nunca se equivocan, y mediante la acción que siempre es automática, acompáñela o no la conciencia. Si el individuo muere no es nunca por equivocación de sus apetitos sino porque el Cosmos, la Externalidad da o no da lo que satisface al apetito. Así que debe el Automatismo resignarse a que haya muertes y demencias anhelosas de muerte. Estas demencias y los fulminantes instantes de la monoconciencia afectiva negativa, son en cierto modo triunfos del hedonismo sobre el automatismo, del deseo de felicidad (aunque sea la negativa del no sufrir) sobre el longevismo mero, irracional, que es el negocio del automatismo, sin ganancias para la conciencia.
¿Pero qué se propone misteriosamente el automatismo con obligarnos a vivir aunque nos disconvenga? Preguntando otra vez: ¿Es que el automatismo no quiere desperdiciar una sola vida en los billones de ejemplares, no quiere que se trunque ninguno porque en cada uno de ellos cifra una esperanza de lograr el Organismo Inmortal? Por esto será que toda vida vale para él. [192 y 193]
[Á: Pero si “el Automatismo” quiere eso, ¿por qué seguir invirtiendo esfuerzos en humanos u otros animales, si existen vegetales mucho más longevos, con capacidad de mantener sus procesos biológicos durante miles de años? O: ¿por qué seguir gastando esfuerzos en macroformas de vida, si algunos átomos o electrones o quarks ya existen desde siempre? (puede que “el Automatismo” sea una macroforma; y puede también que no sea uno solo, sino que haya “un pequeño Automatismo en busca del Organismo Inmortal” en cada organismo)]
[Á: Automatismo = Infinito Algoritmo de la Existencia. Suicidio = Triunfo de la conciencia que busca felicidad o no-dolor sobre el automatismo que busca extensión temporal.]

… esta sociedad de la perdonable pobre gente que somos todos … [199]

Ciudades de mejor gusto tendrían calles llamadas de la Lluvia, del Despertar, la Madre, el Hermano, el Llamado, Vive sin Nunca, Volverás, Despedida, Espérame Siempre, Retorno, Familia Amorosa, Beso, Amigo, Saludo, Sueño, Otra Vez, Desvelo, Quizá, Rehácete, Olvido, Emprende, Vuelve a Mí, Tertulia, Vive en Fantasía, Dolor Fantasía, Cerco Florido, el Camino Rocío, la Risa, Mesa de Hogar, Sonríe, Llama a Mí, y la gran avenida El Después Sueña con el Hoy cruzada por la avenida del Hombre No Idéntico. [200]

… y los sobres-cartas, es decir cartas escritas en los sobres repartidas en todos los asientos de tranvías y ómnibus con premio al que acertara si era un sobre con carta o una carta sin sobre. [204]

Por eso el almanaque de la ciudad tiene 365 días de un solo nombre: “Hoy” … [206]

―Presidente: ¿Conoce usted las dos sutiles basuritas: la del aire que “entró en los ojos” (los dispépticos espirituales andan por el mundo con una basurita en los ojos) y la basurita de tiempo, esos minutos de una llegada apremiada que no podrán servir para ocuparlos en hacer llegar anticipado el suceso?
―Eterna: No, yo conozco las dos tristecitas: la de la sonrisa que no se dio a la mirada que no se repetirá y aquella romanza de Schumann que no pudimos escuchar juntos. [216]
[Á: creo que es una síntesis perfecta. No sé muy bien de qué, pero sí es.]

Y además no puede acontentar su alma a aceptar que su amado no la amó siempre, sino después del hecho inferior, insignificante, de “verla” … [217]

… si sin tigre nos sentimos heridos y ahorcados por un tigre, sin cosmos podemos sentir lo que sentimos, colores, sonidos, olores. [221]

La muerte no es la policialidad que conocemos, sino una mesa eternamente concurrida y de la que se levanta uno y dice: yo me voy a dormir; eso es la muerte. [222]

… todo lo que en un largo vivir alguien hubiera perdido, en el hallazgo de Eterna se recobraba. [228]

La vejez es simplemente no los años sino toda relación de excesiva carga de la vida con respecto a la reactividad personal psicológica. [229]

En esa tu palidez de recordación, de amor, en esa creo, no en aquella con que un día la muerte se fingirá en ti. [238]

… muchos viven de un instante en que fueron felices. [251]

… es melancólico vivir a la sombra de otras vidas. [252]

Querría la vida si alguien que anda por el mundo valiera lo que vale el amor de ella. [256]


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