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La fiesta de la insignificancia, por Milan Kundera. Extractos y comentarios al margen

La Fiesta de la Insignificancia. Milan Kundera. 1ra edición. Buenos Aires: Tusquets Editores. 2014. Traducido por Beatriz De Moura.

No te rías. No es fácil hablar sin llamar la atención. Estar siempre presente gracias a la palabra y no obstante permanecer inoído, ¡eso requiere virtuosismo! [23]

―La inutilidad de ser brillante. Sí, lo entiendo.
―Es algo más que inutilidad. La nocividad. [24]

… un Narciso no es un orgulloso. El orgulloso desprecia a los demás. Los subestima. El Narciso los sobrestima porque observa su propia imagen en los ojos de los demás y desea embellecerla. De modo que cuida muy amablemente todos esos espejos. [25]

Se verá obligada a luchar. A luchar para salvar su muerte. [51]

… le complacía ser admirado, pero rehuía a los admiradores. [74]

El ser humano no es sino soledad. [76] Una soledad rodeada de soledades [77]

Comprendimos desde hace mucho que ya no era posible subvertir el mundo, ni remodelarlo, ni detener su pobre huida hacia delante. Sólo había una resistencia posible: no tomarlo en serio. [92]

[Á: ¿Es el zen un buen humor? ¿O como siempre, un no, un a; el zen es un no-humor, el ahumor? ¿Sería el no-humor un buen humor?]

La gente a su alrededor la aplaudía y D’Ardelo se acercó a La Franck como si quisiera abrazarla solemnemente en nombre de todos. Pero ella no lo vio y, con la mano alzada hacia el techo, la plumita todavía entre el pulgar y el índice, se dirigió lentamente hacia la salida, dando delicados saltitos. [96]

«Me gusta todo lo que me has contado, me gusta todo lo que inventas, no tengo nada que añadir. Salvo, quizá, lo del ombligo. Para ti el modelo de mujer sin ombligo es un ángel. Para mí, es Eva, la primera mujer. No nació de vientre alguno, y sí de un capricho, de un capricho del creador. De ella, de su vulva, de la vulva de una mujer sin ombligo, es de donde procede el primer cordón umbilical. Si creyera en la Biblia, [97] de ella también salieron otros cordones, un hombrecito o una mujercita atada a cada uno de ellos. Los cuerpos de los hombres permanecían sin continuidad, del todo inútiles, mientras que del sexo de cada mujer salía otro cordón que en su extremo llevaba a otra mujer o a otro hombre, y todo ello, repetido millones y millones de veces, se convirtió en un inmenso árbol, un árbol formado por una infinidad de cuerpos, un árbol cuyas ramas alcanzan el cielo. E imagina que ese árbol gigantesco está arraigado en la vulva de una única mujer, de la primera mujer, de la pobre Eva sin ombligo.» Cuando yo me quedé embarazada, me sentía como parte de ese árbol, colgada de uno de esos cordones, y a ti, que todavía eras no nato, te imaginaba planeando en el vacío, atado a un cordón salido de mi cuerpo, y a partir de ese momento soñé con un asesino que, allá abajo, degüella a la mujer sin ombligo, imaginé su cuerpo que agoniza, muere, se descompone, de tal manera que ese inmenso árbol que creció en ella, convertido de pronto en un árbol sin raíces, sin fundamento, empieza a caer, vi la infinidad de ramas descender como una inmensa lluvia gigantesca y, entiéndeme bien, no he soñado con el fin de la historia de la humanidad, el fin de la abolición del [98] porvenir, no, no, lo que deseé es la total desaparición de los hombres con su futuro y su pasado, con su comienzo y su final, con toda la duración de su existencia, con toda su memoria, con Nerón y Napoleón, con Buda y Jesús, deseé la total aniquilación del árbol arraigado en el pequeño vientre sin ombligo de una primera mujer idiota que no sabía lo que hacía ni cuántos horrores iba a costarnos su coito miserable, que sin duda tampoco le aportó el más mínimo placer…». [99]
[Á: Puede ser una pregunta interesante. ¿Habrá valido la pena (todas las penas) el coito entre esas dos criaturas? ¿Ella o él habrán pensado mientras lo hacían algo como “sí, a la mierda todo, esto es lo mejor”? ¿O habrán sido cinco, diez minutos tristes, insulsos, alejados de todo placer, ni siquiera comparables con aquellos segundillos deliciosos de hacer caca?]

Desde siempre me ha horrorizado la idea de arrojar al mundo a alguien que no lo ha pedido. [122]

Tampoco has elegido tu sexo. Ni el color de tus ojos. Ni tu siglo. Ni tu país. Ni tu madre. Nada de lo que realmente cuenta. Los derechos de los que puede disponer el ser humano sólo se refieren a nimiedades por las que carece de sentido luchar unos contra otros o escribir solemnes declaraciones. [123] 

Él quería ir con nosotros a ver la exposición de Chagall. No la verá. Yo tampoco, por otra parte. No soporto hacer colas. ¡Mira!
Hizo un gesto en dirección a la multitud que avanzaba lentamente hacia la entrada del museo.
―Tampoco es tan larga ―dijo Alain.
―Quizá no sea tan larga, pero es repulsiva.
―¿Cuántas veces has llegado ya hasta aquí y te has vuelto a ir?
―Tres veces. De manera que, en realidad, ya no vengo aquí para ver a Chagall, sino para comprobar que de una semana a otra las colas son cada vez más largas, y por tanto el planeta está cada vez más poblado. ¡Míralos! ¿Crees realmente que, de [125] repente, se han puesto todos a admirar a Chagall? Están dispuestos a ir a cualquier parte, a hacer lo que sea, tan sólo para matar el tiempo con el que no saben qué hacer. No conocen nada, de modo que se dejan llevar. Son magníficamente llevables. [126]

La insignificancia, amigo mío, es la esencia de la existencia. Está con nosotros en todas partes y en todo momento. Está presente incluso cuando no se la quiere ver: en el horror, en las luchas sangrientas, en las peores desgracias. Se necesita con frecuencia mucho valor para reconocerla en condiciones tan dramáticas y para llamarla por su nombre. Pero no se trata tan sólo de reconocerla, hay que amar la insignificancia, hay que aprender a amarla. Aquí en este parque, ante nosotros, mira, amigo mío, está presente con toda su evidencia, toda su inocencia, toda su belleza. Sí, su belleza. … los niños que ríen, sin saber por qué, ¿acaso no es hermoso? [135]
[Á: ¿podría una nihiliterapia consolar y salvar de la “disfunción” socio-existencial a algunas personas, así como a otras pued ayudarlas la logoterapia de Viktor Frankl? ]

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