Hola.
Hace unos meses tuve una serendipia interesante (¿sería serendipia si no fuera interesante?), una tarde en que no tenía ganas de ir a un evento, pero fui igual. Era una especie de previa para un festival de artes audiovisuales, y una vez que estuve ahí, mis ganas de no estar se intensificaron, así que al cabo de veinte minutos de proyecciones por acá, colores por allá, ruidos molestos por el otro lado, y qué se yo, me regresé a casa. Pero volví por una calle diferente a la que uso normalmente, y me encontré una promoción de tres libros a elección por cien pesos (no sé en qué momento estás leyendo esto, pero mientras lo escribo, cien pesos es el valor de un solo libro, y bastante barato, así que la promo está bien, muy bien). Entre los libros que cacé emocionado está El significado de Tingo. El autor se llama Adam Jacot de Boinod, y no puedo decir mucho más acerca de él que lo que propone su página de wikipedia en inglés: un escritor británico famoso por sus recolecciones de palabras curiosas en cientos de idiomas. Y este libro no es una excepción de eso.
Hace unos meses tuve una serendipia interesante (¿sería serendipia si no fuera interesante?), una tarde en que no tenía ganas de ir a un evento, pero fui igual. Era una especie de previa para un festival de artes audiovisuales, y una vez que estuve ahí, mis ganas de no estar se intensificaron, así que al cabo de veinte minutos de proyecciones por acá, colores por allá, ruidos molestos por el otro lado, y qué se yo, me regresé a casa. Pero volví por una calle diferente a la que uso normalmente, y me encontré una promoción de tres libros a elección por cien pesos (no sé en qué momento estás leyendo esto, pero mientras lo escribo, cien pesos es el valor de un solo libro, y bastante barato, así que la promo está bien, muy bien). Entre los libros que cacé emocionado está El significado de Tingo. El autor se llama Adam Jacot de Boinod, y no puedo decir mucho más acerca de él que lo que propone su página de wikipedia en inglés: un escritor británico famoso por sus recolecciones de palabras curiosas en cientos de idiomas. Y este libro no es una excepción de eso.
El significado de Tingo es una colección
de palabras y expresiones en diferentes idiomas utilizados a lo largo del mundo geográfico,
acompañada de humor (para mi gusto, algo forzado, porque todo el humor y toda
la poesía ya los ponen la existencia de cada uno de los vocablos presentados,
no hace falta hacerse el simpático al mencionaros) en su exposición. En otras
palabras, lo que hace el autor es ir presentándonos las palabras y haciendo
alguna broma acerca de ellas. Pero más allá de que sus abundantes y sospechosos
chistes causen gracia o no, la verdad es que se trata de un libro muy
interesante para personas como yo, que amamos la literatura, la antropología,
la diversidad cultural, los idiomas, y en definitiva, los mundos.
No quiero
decir mucho más. El libro es curiosidad tras curiosidad. Aunque a modo de
crítica, diré que me da la impresión de que se intentó extender algunas páginas
el libro con muestras de simples paralelismos entre idiomas, cuando lo más rico
y lo esencial del asunto es enseñar las palabras que no tienen traducción
certera en otras lenguas. Pero eso no quita que sea un libro que vale la pena
comprar. Sobre todo si está en oferta.
A
continuación, dejo la lista de mis palabras favoritas que encontré en él:
‘A’ama
(hawaiano): alguien que habla rápido para ocultarle el significado a una
persona sin ocultárselo a otra. [Como diría una adolescente burguesa a la cual desprecian en twitter algunos usuarios: AMÉ el hawaiano]
‘Aa’amo
(hawaiano): mujer insaciable.
‘Akihi
(hawaiano): marcharse sin rumbo determinado.
‘Alo’alo
kiki (hawaiano): esquivar la lluvia con movimientos rápidos.
‘inapoiri
(maorí): noche sin luna.
Adjal
(indonesio): la hora en que estamos predestinados a morir.
Adminículo
(español): Cosa pequeña y simple que sirve de ayuda o complemento de algo, como
un imperdible, un palillo de dientes, un broche, etc. [Esta como todas las que
están del español no eran curiosidades, sino simples palabras que el autor usó
pero que yo no conocía, pueh!]
Aimerpok
(inuit): ir de visita esperando ser alimentado.
Allahaismarladik
(wagiman de Australia): largarse sin decirle a nadie adónde.
Aloha
(hawaiano): hola, adiós, amor, enhorabuena, bienvenido.
Anga-anga
(rapa nui): sospecha infundada de que hablan a la espalda de uno.
Anele
(Sudáfrica): nombre propio femenino que significa “suficiente” y se suele
utilizar para la última hija.
Apoltronarse
(español): hacerse perezoso.
Aradupopini
(tulu): caminar tomados del brazo o de la mano.
Arou pairi
(Islas Gilbert): proceso de saludarse con un roce de narices.
Aware (japonés):
sentimiento producido por la belleza efímera.
Awawa
(hawaiano): espacio entre los dedos de la mano y del pie.
Backpfeifengesicht
(alemán): cara que pide a gritos un guantazo.
Bawusni
(farsi): mujer a la que el marido no ama ni visita a menudo.
Carámbano
(español): Trozo de hielo largo y acabado en punta que se forma cuando se
congela el agua que cae de un lugar alto.
Dame-pipi
(francés): señora del lavabo.
Dozvonit’sya
(ruso): tocar el timbre o llamar por teléfono a conciencia hasta que atiendan.
Fils à papa
(francés): hijo que le deja fáciles las cosas a los padres.
Ghari
(hindi): unidad de tiempo equivalente a 24 minutos.
Giomlaireachd
(gaélico escocés): costumbre de presentarse a la hora de la comida.
Gorjeo
(español): canto de los pájaros.
Grilagem
(portugués brasileño): encerrar un grillo en una caja con un documento recién
falsificado hasta que, con el trajín y los excrementos, se logra dar la pátina
de uso deseada.
Gurfa
(árabe): volumen de agua que cabe en el cuenco de la mano
Hakamaroo
(pascuence): quedarse con los objetos prestados hasta que el dueño no tiene más
remedio que reclamarlos.
Hiza wo
majieru (japonés): sostener una conversación íntima (literalmente, entrelazar
las rodillas).
Ho’oponopono
(hawaiano): resolver un problema hablándolo.
Iktsuarpok
(inuit): asomarse a menudo a ver si viene alguien. [Esto me recuerda tanto a
estar ansioso por la llegada de una visita deseada. Esos nervios que te hacen
ir y venir. Como aparece en El Principito,
eso de ser feliz desde las tres si sabés que esa persona va a llegar a las
cuatro.]
Imprecación
(español): Expresión exclamativa que evidencia el deseo de que a alguien le
suceda algo malo.
Inopia
(español): “estar en la inopia”, estar distraído o no enterarse de lo que
sucede alrededor.
Kahala (árabe):
ser un vejestorio prematuro.
Kibitzer
(yiddish): alguien que se empeña en aconsejar a quien no se lo pide.
Kikamu
(hawaiano): remolineo de peces que no se deciden a morder el anzuelo.
Kilo lani
(hawaiano): augur capaz de leer las nubes.
Krawattenmuffel
(alemán): reacio a usar corbata.
Kualanapuhi
(hawaiano): funcionario que espanta las moscas con un plumero durante el sueño
real.
Kudpalu
(tulu): mujer que no se ha peinado.
Kula’i wawae
(hawaiano): hacer luchas de pies bajo la mesa.
Litost
(checo): aflicción producida por la repentina conciencia de la propia
desgracia.
Nakkele
(tulu): alguien que lame o rebaña el
recipiente en que se ha servido la comida.
Neko-neko
(indonesio): alguien que tiene ideas geniales que sólo empeoran las cosas.
Nganthurru
(jiwali): pronombre, todos nosotros incluido tú.
Nganthurraju
(jiwali): pronombre, todos nosotros menos tú.
Nglayap
(indonesio): vagar lejos de casa sin ninguna meta ni destino.
Magrear
(español): manosear o sobar al otro de forma lasciva.
Mahj
(farsi): hermosura producida por una enfermedad.
Mamihlapinatapei
(sur de Chile): mirada común de dos incipientes enamorados que saben lo que ha
de hacerse, pero esperan que sea el otro quien tome la iniciativa.
Mata ego
(rapa nui): ojos con huella de llanto.
Mavsa
(inuit): nieve acumulada por encima de la cabeza y a punto de caer.
Menguyel-uyel
(indonesio): abrazar, acariciar y hacerle cosquillas a alguien, en general a un
niño, en señal de afecto.
Mingmu
(chino): morir sin lamentarlo.
Mirjam
(farsi): caballo que desparrama la bosta al andar.
Miryachit
(ruso): enfermedad que consiste en imitar involuntariamente la conducta ajena.
Occiso
(español): muerto violentamente.
Oho (hausa):
¿y a mí qué me importa?
Ohrwurm
(alemán): melodía pegadiza que se le mete a uno en la cabeza y puede llegar a
obsesionar a todo un país.
Ostranenia
(ruso): proceso artístico mediante el cual las percepciones familiares resultan
extrañas.
Pal (hindi):
unidad de tiempo equivalente a 24 segundos.
Palique
(español): conversación sobre temas poco trascendentes.
Pana po’o
(hawaiano): rascarse la cabeza para tratar de recordar algo que se ha olvidado.
Paukikape
(griego antiguo): collar que llevaban los esclavos que molían maíz para evitar
que se los comieran.
Puangi
(maorí): sensación de zozobra que se siente en el vientre cuando un ascensor,
avión, columpio, etc., desciende o asciende bruscamente.
Radif
(farsi): el que cabalga detrás del jinete en un mismo caballo.
Rujuk
(indonesio): volver a casarse con una mujer de la que uno se ha divorciado.
Samir
(farsi): alguien que charla a la luz de la luna.
Sankofa
(Ghana): nombre propio femenino que significa “hay que volver al pasado para
poder avanzar”.
Saruz-ram
(farsi): la primera luz que cae sobre el que emprende una vida contemplativa.
Seigneur-terrasse
(francés): parroquiano que se pasa la vida en el café sin consumir apenas nada.
Sekaseka
(zambio): reír sin motivo.
Shitta
(farsi): restos de la noche anterior que se comen al día siguiente.
Shmendrick
(yiddish): nulidad introvertida. [No estoy seguro de qué significa exactamente
eso, pero supuestamente es un insulto]
Solaz
(español): Placer, entretenimiento y descanso de las actividades habituales.
Sortes
(latín): buscar señales en un libro escogiendo pasajes al azar. [¡Siempre hago
esto!]
Sunasorpok
(inuit): comer de los restos ajenos.
Súcubo
(español): demonio que bajo la apariencia de mujer mantiene relaciones sexuales
con un hombre.
Tegok
(malayo): volumen de agua que hay en un sorbo.
Thondrol
(dzongkha): purga de pecados mediante la contemplación de una gran imagen
religiosa.
Torschlusspanik
(alemán): miedo a la mengua de oportunidades que sobreviene con la edad.
Tsuji-yiri
(japonés): probar una espada nueva con el primero que pasa.
Tu’utu’u
(rapa nui): dar en el blanco con la flecha una y otra vez.
Uek
(indonesio): llanto de una criatura al nacer. [Conocemos el llanto recién al
nacer. Y a la vez, si no lloramos, nos asfixiamos]
Ulaia
(hawaiano): apartarse de la sociedad a causa de un desengaño. [¿Qué puedo
decir? Otra vez, AMÉ el hawaiano.]
Umudrovat se
(checo): filosofar hasta volverse loco.
Varevare
(maorí): ser muy joven y bastante inútil todavía.
Vomitarium
(latín): cuarto donde los asistentes a un banquete vacían su estómago para
poder seguir comiendo.
Wabi
(japonés): detalle fallido que subraya la elegancia de toda una obra de arte.
Wamadat
(farsi): intenso bochorno de una noche serena.
Yugen
(japonés): conjunción con el universo que dispara sentimientos demasiado
profundos para expresarlos con palabras.
Yuputka
(ulwa): sensación de que algo nos repta por la piel.
Y ahora unas
breves citas:
"En masai,
el nombre de un niño, una mujer o un guerrero muertos no vuelve a pronunciarse
jamás; cuando ese nombre es una palabra de uso cotidiano, la familia del occiso
la borra de su vocabulario.”
(p19)
“A los todas
del sur de la India no les gusta pronunciar su propio nombre y, si se les
pregunta, hacen que lo diga otra persona.”
(p19)
“Primero
fabricamos máquinas para tener más tiempo libre; ahora las inventamos para que
nos ayuden a ocuparlo en algo…”
(p109)
“El médico
compasivo hace que la herida se infecte”
[refrán italiano] (p125)
“No empieces
demasiado tarde tu vida terrenal ni demasiado pronto tu vida espiritual”
[refrán de Bután] (p139)
“Al que
duerme en medio del ruido lo despierta el silencio”
[William D. Howells] (p167)
¿Vieron que formal soy, poniendo el número de página?
Muchas gracias por leer.
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